CARLOS LORET DE MOLA
CARLOS LORET DE MOLA, EL DELFIN DE EMILIO AZCARRAGA
Cuatro días antes de las elecciones presidenciales, el miércoles 28 de junio, Carlos Loret de Mola invitó a desayunar a una muy cercana colaboradora de Andrés Manuel López Obrador y le dijo: “El domingo a las ocho de la noche Televisa va a anunciar el triunfo de ustedes por cinco puntos de ventaja”.
La cercana colaboradora de López Obrador salió de allí preguntándose si el locutor había querido transmitirle un mensaje. Durante el camino a su próxima cita de trabajo recordó que un día antes un periodista de Reforma la había llamado por teléfono para pedirle algunos datos personales.
“En Reforma ya estamos preparando la edición sobre el gabinete de Andrés Manuel y tú vas a estar en el equipo”, agregó el reportero.
El 2 de julio, pasadas las 6 de la tarde, hora en que se cerraron las casillas en todo el país (excepto en las dos regiones del Pacífico norte donde eran apenas las 5 y las 4 respectivamente), Emilio Azcárraga Jean tomó el teléfono y llamó a López Obrador:
–Andrés Manuel, quiero ser el primero en felicitarte –le dijo–. Ganaste…
Dos horas después, sin embargo, Televisa no anunció la victoria de López Obrador por cinco puntos ni por cuatro ni por dos ni por nada: Mitofsky dijo que la contienda estaba “tan cerrada” que era imposible anticipar quién ganó la elección.
A las 11 de la noche, el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, apareció en las pantallas de todos los televisores del país anunciando que el PREP no permitía definir un ganador de la contienda y que el resultado final se conocería hasta el miércoles 5 de julio, al cabo del conteo de la votación en los 300 concejos distritales del país. Después, inmediatamente salió al aire Vicente Fox, diciendo lo mismo.
Un experto en video como es Carlos Mendoza, director del Canal 6 de Julio, afirmó que el mensaje de Ugalde había sido grabado con dos cámaras y tenía cortes de edificón, características que también reconoció al observar el mensaje de Fox. Y concluyó:
“Ninguno habló en vivo y en directo. Sus palabras fueron grabadas con horas de anticipación. Es mentira que dijeron lo que dijeron después de conocer el PREP de las 11 de la noche. Fueron grabados a mas tardar a las 8 de la noche. Sus mensajes y la manipulación del PREP confirman que hay un fraude electoral para robarle la Presidencia de la República a López Obrador”.
Y, en efecto, la noche del miércoles 5 de julio, después del noticiero de López Dóriga, Televisa transmitió minuto a minuto la farsa del conteo distrital, en la que los votos de Andrés Manuel disminuían por goteo en relación inversamente proporcional al aumento de los de Felipe Calderón.
Era un espectáculo tan burdo que desde las 8 de la noche de ese miércoles, Jaime Avilés le escribió una carta a López Dóriga para anticiparle que en todo el país ya se sabía que el conteo distrital finalizaría “con una ventaja de medio punto 0 240 mil votos de ventaja” para Calderón, porque la continuación del fraude electoral era el golpe de Estado mediático que Televisa estaba dando.
Y así fue. Pasadas las 4 de la mañana, Calderón “rebasó” por una centésima de punto a López Obrador y las cámaras de Televisa empezaron a transmitir desde los jardines de la sede del PAN, consumando el golpe de Estado y proclamando a Fecal “presidente electo” pese a que el conteo distrital no había concluido.
Visto en retrospectiva, al entregar el mensaje de que López Obrador ganaría por 5 puntos, Loret de Mola, ahora se entiende, actuó como mandadero de Emilio Azcárraga pero también como partícipe del complot. La petición de datos personales hecha por un reportero de Reforma dizque para preparar la nota sobre el gabinete de AMLO y el telefonazo del propio Azcárraga la noche de las elecciones a Andrés Manuel ponen al descubierto una estrategia.
Sabedores del fraude electoral que se estaba cometiendo, los magnates de los medios quisieron “engañar” a López Obrador supuestamente para “tranquilizarlo” e impedir que éste movilizara a sus partidarios y echara a perder el proceso. Quizá temían, histéricamente, que Andrés Manuel iba a sabotear su propia victoria: ¿en qué mente desquiciada cabría tal maquinación?
Lo cierto es que el fraude se consumó, Loret de Mola cumplió su misión al pie de la letra y avanzó en el escalafón interno de Televisa para suceder a López Dóriga. Pero ¿qué opina Bernardo Gómez acerca de Carlitos?
Fichitas se lo dirá dentro de algunas horas, no se pierda la continuación de esta apasionante serie…
CARLOS LORET DE MOLA, EL METROSEXUAL FAVORITO DE EMILIO AZCARRAGA Y BERNARDO GOMEZ
Al amanecer del jueves 7 de abril de 2005, mientras decenas de miles de personas caminaban en la oscuridad rumbo al Zócalo donde el jefe del Gobierno del Distrito Federal iba a despedirse de sus gobernados antes de comparecer frente al Congreso de la Unión que tenía previsto desaforarlo, Carlos Loret de Mola dijo a través del Canal 2 de Televisa:
“Dentro de algunas horas, López Obrador puede destrozar la economía nacional…”
El pánico del metrosexual favorito de Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez era palpable. La ultraderecha, como se sabe, no se caracteriza por sus conocimientos políticos sino por sus prejuicios, basados fundamentalmente en el odio de clase. Y Carlos Loret de Mola es un hombre de ultraderecha.
Aquella mañana, López Obrador no sólo no “destrozó” la economía nacional, todo lo contrario, con su discurso conciliador frente al pueblo y con su brillante Yo acuso ante los legisladores, que reafirmó la fuerza de sus principios pero también la gobernabilidad, hizo que la Bolsa Mexicana de Valores subiera tres puntos. Loret de Mola ni siquiera pidió disculpas por su histérico exabrupto.
Meses después, al comentar el proceso político de Bolivia donde una elección democrática elevó a la presidencia al líder indígena Evo Morales, Carlos Loret de Mola se refirió en los siguientes términos a la designación de la señora procuradora de justicia:
“El boliviano Evo Morales nombró hoy procuradora de justicia a la líder del sindicato de trabajadoras domésticas… Imagínense ustedes, ¡una chacha al frente de la procuraduría!”.
Dos episodios más enriquecen la fichita de Loret de Mola.
Febrero de 2006. Una explosión genera una temperatura de 595 grados centígrados a 150 metros bajo tierra en los túneles de la mina Pasta de Conchos. El flamazo provoca el derrumbe de las galerías donde trabajaban 65 mineros del turno de las 12 de la noche a las 6 de la mañana. Todos mueren instantáneamente.
Carlos Loret de Mola lo sabe, por supuesto que lo sabe, pero llega al lugar de los hechos y empieza a transmitir en vivo desde las instalaciones de la mina, donde los familiares de los pobres hombres sepultados lo escuchan con esperanza cada vez que el metrosexual declama ante las cámaras su “fe” en que un “milagro” permitirá que los mineros sean rescatados con vida. E invoca teatralmente a Dios y a la Vírgen.
La pésima telenovela es un reality show que explota sin piedad la tragedia para elevar el raiting y con éste las ganancias de Televisa, mientras Azcárraga y Gómez sonríen al ver cómo su delfín se burla de la desgracia de los pobres.
Pero el deplorable espectáculo persigue, y vaya que logra, el fin de ganar tiempo para que la empresa dueña de la mina, el Grupo Minera México, proteja sus acciones en la Bolsa de Valores e impida que éstas se desplomen cuando se haga el anuncio oficial de que los 65 mineros están muertos.
Y el anuncio llega, efectivamente, al quinto día de la tragedia, que por casualidad es viernes, y sale al aire a primera hora de la tarde, cuando la Bolsa ha cerrado ya. Concluida su misión, Loret de Mola se retira firmando autógrafos.
Semanas después, la policía captura a dos presuntos secuestradores, un mexicano y una francesa. Televisa acompaña a los agentes a realizar la detención en un rancho sobre el camino viejo a Cuernavaca en las faldas del Ajusco. Pero algo sale mal.
La francesa alega que ella no estaba al tanto de las activididades delictivas de su novio y exige, y consigue, que su embajada proteste ante el “gobierno” de Vicente Fox porque fue obligada a actuar contra su voluntad para un espectáculo de televisión… ordenado por Carlos Loret de Mola.
En entrevista para La Jornada, la pobre mujer narra que la policía la detuvo en el rancho de su novio pero no se la llevó a las instalaciones de la procuraduría sino hasta 24 horas después. ¿El motivo? Televisa quería grabar minuto a minuto la “captura” y tanto los comandantes encargados de la operación como los presuntos delincuentes debían esperar a que el reportero Pablo Reynah y las cámaras y el camión-estudio estuvieran listos.
Cuando la queja de la francesa fue conocida públicamente, Azcárraga y Gómez protegieron a Loret de Mola corriendo a Reynah, al que culparon de todo y no conformes con ello lo boletinaron para que ninguna empresa de comunicación lo vuelva a contratar.
La Hora del Pueblo, desde aquí, le pide a Pablo Reynah una entrevista para que el público sepa directamente de sus labios qué es lo qué pasó y cómo es la vida en Televisa bajo las órdenes de Loret de Mola.
http://lahoradelpueblo.blogspot.com/2006/08/fichitas-loret-de-mola-el-metrosexual.html
Este post está dedicado al Tibur, para que sepa que no solo él se la puede sacar…
Un abrazo periodístico…
1 comentarios:
La democracia consiste en poner bajo control el poder político. Es esta su característica esencial. En una democracia no debería existir ningún poder no controlado. Ahora bien, sucede que la televisión se ha convertido en un poder político colosal, se podía decir que potencialmente, el más importante de todos, como si fuera Dios mismo quien habla. Y así será si continuamos consintiendo el abuso. Se ha convertido en un poder demasiado grande para la democracia. Ninguna democracia sobrevivirá si no pone fin al abuso de ese poder... Creo que un nuevo Hitler tendría, con la televisión, un poder infinito. Karl Popper 1996
Publicar un comentario