jueves, noviembre 27, 2014

Todo está listo para disfrutar esta noche de Halloween 2014.

Son 8 20 pm y decidimos dejar el auto en casa pues el acceso al estacionamiento es muy complicado.
Decidimos irnos en transporte publico y calculamos que haríamos 20 por mucho 30 minutos en metro para llegar puntuales al Auditorio Nacional a la cita que estaba programada a las 9 pm.

Compramos 6 boletos previendo el regreso en el mismo gusano naranja que se mueve por el inframundo de la ciudad. Arriba al anden, abre sus puertas y con grata sorpresa vemos que viajan en el catrinas, calaveras, chuckys y hombres lobo. Brillan por su ausencia los Dráculas y las momias.
Poco a poco van bajando en las estaciones antes de llegar a Auditorio Nacional que es nuestro destino.

La afluencia de usuarios del metro es escasa, son pocos los que se dirigen al Auditorio esa noche. Casi todos eligieron llegar en auto con todo y el problema de estacionamiento clausurado que tiene el recinto.

Al salir a la superficie de inmediato nos dirigimos al puesto de hot dogs que esta en las afueras del lugar. Es bien sabido que estos antojos previos a un concierto es cuando más se disfrutan.

Mientras devoramos 2 hot dogs y un Boing de mango observamos alrededor nuestro el desfile de personas que se han dado cita para ver a CAIFANES la banda que nos reúne a todos esta noche.

Pasan ante nosotros las brujas, las calaveras, el Papá con sus hijos, las chicas entradas en años, los rockeros que antaño tenían largas matas y ahora lucen incipiente cabello.
Han quedado atrás los peinados a la Robert Smith y han dado paso al cabello engomado, al pantalón de vestir y a las playeras polo. Todo ha cambiado pero el espíritu rockero sigue ahí.

Los puestos de souvenirs no oficiales ofrecen de todo: llaveros, tazas, fotos, playeras con letras fluorescentes, sudaderas, discografías en MP3 y hasta la carcasa con letras en piedrowsky de Caifanes. Dejaremos las compras para la salida pues tenemos que ver la Oficial Merchandise dentro del lugar.

Por el sonido local se escucha “tercera llamada” lo que nos apura a entrar al recinto y tomar nuestros lugares, 15 minutos después se abre el telón y suena “Aviéntame” del disco El Nervio del volcán. La euforia se desata y algunos no pueden creer que a sus menos de 20 años estén escuchando a Caifanes en vivo. Le sigue “Para que no digas que no pienso en ti” y “Miedo”.

Hasta entonces es cuando Saúl Hernández aprovecha para saludar a la banda, a la Raza como el los llama desde hace más de 20 años. Continua con “Te estoy mirando” y “La vida no es eterna”, dedicada al padre recién fallecido de un fan.

Continua con “Aquí no pasa nada”, momento cumbre del concierto donde logró amalgamar a toda la audiencia al exigir justicia por los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapan. Diego Herrera muestra las palmas de sus manos donde trae dibujado un numero 4 y un numero 3.

Las cámaras del Auditorio fue el único momento que se permiten tomar su protesta. “Nubes” del disco El nervio del volcán hace acto de presencia y la multitud la corea a todo pulmón. Le sigue Amanece, Cuéntame tu vida, será por eso, mátenme porque me muero y Afuera.

Para presentar esta canción Saúl Hernández menciona “hay canciones que van más allá de la letra, de Los Arreglos” palabras que parecen estar disculpando al guitarrista invitado de esta noche, el mismo que hace extrañar a quien fue el pilar de Caifanes en ese rubro: Alejandro Marcovich.
Saúl Hernández en la medida de lo posible evita los intros o los inpass que adornan las canciones pues se nota que le cuesta trabajo a su guitarrista lograrlos.

Antes de que nos olviden, Piedra, Nada y de noche todos los gatos son pardos suenan con un Saúl visiblemente cansado, con una voz notablemente debilitada y con el resto de Caifanes tocando a un menor ritmo para lograr compensar al vocalista.

Sigue el recital hasta llegar “no dejes que” la cual confirma la poca ejecución del guitarrista y con la cual dicen buenas noches y agradecen a todo el público.

Al grito de otra, otra, la banda regresa para tocar su más grande éxito La célula que explota y finalmente La negra Tomasa.

En punto de las 11:40 pm se cerró el telón y empezó el éxodo hacia Paseo de la Reforma para llegar con tiempo al Halloween, caerle al metro porque lo cerraban o simplemente platicar de Caifanes y el esfuerzo sobrehumano de Saúl por seguir cantando.

Si, incluso, alguien se atrevió a decir que era el José José del Rock. Con muchas ganas pero sin voz.
NaCoElCaiFAN.
Naco is biutiful.

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